Broche de Oro

Hola mundo!

Esta podría parecer una entrada más de este blog de reinvención, pero para mí significa mucho más que eso. Se trata de resumir, en unas cuantas líneas, cuatro meses de una experiencia que nos ha cambiado la vida a 25 personas que entramos sin saber muy bien donde nos metíamos, aunque íbamos bien avisados.

Cualquier advertencia fue poca, porque Talentum Empleo ha sido un punto de inflexión en todas nuestras carreras profesionales y, a día de hoy, volvería a firmar con los ojos cerrados para repetir el proceso de selección y encontrarme con otros 24 valientes dispuestos a darlo todo por una oportunidad en el mundo laboral.

Y es que, me pongo tan nostálgico porque el pasado viernes llegamos a la presentación de nuestros proyectos finales desarrollados en Ruby On Rails en el Espacio Fundación Telefónica, convirtiéndose aquello en un mar de lágrimas para algunos (entre los que me incluyo), con un nudo en la garganta que casi nos impidió demostrar todo lo que hemos aprendido y lo que podemos dar de sí en apenas dos semanas de proyecto, algo tan gráfico como la siguiente imagen, que recoge a la perfección nuestra evolución programada en Talentum.

Sin duda fue la tarde perfecta (el broche de oro) para dar por finalizada esta andadura de reinvención de la que tanto me gusta hablar. La implicación de todos nosotros porque esto saliera bien ha quedado patente en cinco proyectos de un nivel considerable para aquellos que empezábamos desde el más absoluto cero y nos vamos con una mochila cargada de conocimientos que nos destacan por encima de otros muchos dentro del mercado laboral.

Personalmente, de esta experiencia me llevo la condición de reprogramado y un sinfín de personas con las que quiero seguir creciendo profesionalmente y, por qué no decirlo, en todos los sentidos. Como decía al principio, es difícil resumir el cóctel (molotov) de emociones que vivimos hace unos días, pero con las miras en un futuro laboral cercano, ahora es tiempo de recolectar todo lo sembrado durante este proceso y seguir tirando líneas de código para no perder costumbre porque, como me dijo una buena amiga hace poco:

«Explora tus límites y descubre que los límites que
creias infranqueables eran sólo líneas del horizonte»

Periodista Reprogramado